El pasado 7 de septiembre Pedro José Vela tomó posesión como nuevo magistrado de la sala civil del Tribunal Supremo (puedes ver el acto en este vídeo). Pasó a cubrir la vacante por jubilación de José Ramón Ferrándiz como especialista en Mercantil.
Como parte del observatorio del Tribunal Supremo de este blog, vamos a estudiar en esta entrada el perfil del nuevo magistrado. Conocer la trayectoria y el pensamiento de los jueces de la Sala Civil nos sirve para interpretar con mayor profundidad sus decisiones. Al mismo tiempo, estar familiarizados con sus inquietudes jurídicas nos puede ayudar a identificar problemas con interés casacional sobre los que articular futuros recursos ante el Tribunal Supremo.
Carrera judicial
Pedro José Vela nació en Pozo Alcón (Jaén) en 1962. Es hijo y hermano de jueces. Sin embargo, según reconoció en una entrevista, durante todo el bachillerato estuvo pensando en estudiar Literatura o Historia. La decisión de estudiar Derecho no la tomó hasta COU. Y no lo hizo para hacerse juez: su intención inicial era ser abogado y, más tarde, pensó en opositar a Inspección de Trabajo. Finalmente, el peso de la tradición familiar hizo que optara por la magistratura.
Ingresó en la carrera judicial en 1986 y tuvo su primer destino en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Pozoblanco. Pedro José Vela siempre fue consciente de la responsabilidad que implica ser juez. De esa época lo que más recuerda es que “lo afrontaba todo con mucha preocupación”.
Su memoria sobre los primeros levantamientos de cadáver a los que tuvo que asistir puede darnos pistas sobre su carácter. En una entrevista de 2007 decía que en todos los levantamientos “tuve dos sensaciones: siempre iba preocupado con lo que me podía encontrar y siempre tenía cierta sensación de estar fuera de lugar, porque ni era especialista en la materia (como el forense o la Policía Judicial), ni podía compartir el sentimiento de drama y pérdida que flotaba en el lugar. Y lo que no pude superar nunca fue cuando el cadáver era el de un niño”. Años más tarde, el azar le reservaba un papel central en uno de los casos más mediáticos de nuestra historia judicial: el caso Bretón.
De Pozoblanco pasó a los Juzgados de Alcalá la Real y de Córdoba. Forma parte de la primera promoción de magistrados especialistas en Mercantil y ostenta el número 1 en el escalafón de magistrados de ese orden. Desde 2004 ha desarrollado ininterrumpidamente destinos judiciales con competencia mercantil. En 2006 se incorporó como magistrado a la sección especializada de la Audiencia Provincial de Córdoba. En 2007 recibió la medalla de San Raimundo de Peñafort.
En otra entrevista destacó una de las grandes ventajas de su paso por la Audiencia Provincial: «Para una profesión en que la soledad y la presión derivada de tener que decidir constantemente siempre acechan, el trabajo en un órgano colegiado es una vacuna muy eficaz».
A lo largo de su trayectoria, el nuevo magistrado ha tenido contacto directo con todas las materiales del Derecho Civil (persona, familia, derechos reales, obligaciones y contratos, sucesiones, procesal civil, ejecuciones, etc.) y, desde 2004, con las materias de la especialización mercantil (concursal, sociedades, transportes, propiedad intelectual, competencia desleal, publicidad, condiciones generales de la contratación, etc.)
Del Derecho mercantil destaca que es “una rama muy técnica del Derecho”. “Siempre me ha parecido una materia muy interesante, muy próxima a la realidad económica y social del mundo en que vivimos, que ayuda a comprenderlo y, hasta cierto punto, a ordenarlo”.
El nombramiento como magistrado del Tribunal Supremo es la culminación de una trayectoria en la que, en sus propias palabras, “nunca he querido tener cargos, siempre he seguido el camino jurisdiccional”.
Academia
Pedro José Vela ha compatibilizado su carrera judicial con una intensa actividad docente. Desde 1996 es profesor asociado de Derecho mercantil en la Universidad de Córdoba y en la Escuela de Práctica Jurídica. Para el magistrado, “mientras que la Universidad es el mundo de la reflexión y la teoría, la carrera judicial es el terreno de la decisión y la resolución de problemas”. Eso le ha permitido, según él mismo ha dicho, “llevar una doble vida profesional”.
Además de profesor, Vela es autor de publicaciones y artículos jurídicos y ha participado como ponente en numerosos cursos, seminarios y jornadas sobre sobre los temas más diversos del Derecho privado, como la ejecución hipotecaria, el proceso concursal, el problema del sobreendeudamiento familiar del consumidor, los contratos de crédito al consumo, la impugnación de acuerdos sociales, la responsabilidad de los administradores, el derecho de la Publicidad o la doctrina jurisprudencial de los límites de los derechos de autor.
Criterio y sensibilidad
Vela es un juez discreto, poco amigo de los flashes y la notoriedad. A pesar de ser muy reconocido en el ámbito jurídico, durante la mayor parte de su vida profesional consiguió pasar desapercibido para el radar de la opinión pública. Es muy sintomático que, incluso a día de hoy, Vela todavía no tenga un espacio propio en Wikipedia (su nombre sí aparece, en cambio, como “Poceño ilustre” en la página de su pueblo natal, Pozo Alcón).
El caso Bretón puso fin a su anonimato. Como magistrado de la Audiencia Provincial de Córdoba, le tocó presidir el juicio con jurado que condenó a José Bretón por el asesinato de sus dos hijos. El caso Bretón, que fue retransmitido en directo, hizo que el rostro de Pedro José Vela apareciera habitualmente en televisión.
Es paradójico que el asunto que le puso en el centro de la noticia estuviera tan alejado de su especialización mercantil. Su estilo personal en la forma de conducir las vistas le hizo ganarse el respeto y admiración de periodistas, analistas y del gran público. Su figura brilló en la sala tanto por su autoridad como por su sensibilidad. El magistrado no dudó en cortar en seco a Bretón cuando éste quiso ejercer de abogado y dar lecciones de derecho a los miembros del jurado durante su declaración. Tampoco le tembló el pulso para ordenar una investigación sobre un posible delito de injurias y calumnias contra la perito forense a la que se le ocurrió sembrar dudas, en base a unos supuestos rumores escuchados en la comisaría, sobre la forma en que la policía había custodiado los restos óseos descubiertos en la finca de Las Quemadillas.
Al mismo tiempo, Vela demostró una gran calidad humana. Pidió al público de la sala de vistas un respeto exquisito para escuchar las declaraciones de la madre y la abuela de los menores asesinados. “Hoy, sin duda, es un día especialmente trascendente desde el punto de vista humano. Por ello, ruego el máximo silencio. De lo contrario, me veré en la obligación de despejar la sala”, avisó a los presentes. A la madre de los niños le dejó clara su empatía, sin desatender sus obligaciones como juez: “Señora, lamento tener que hacerle pasar por este trance, pero al estar ya divorciada del acusado tiene usted la obligación de declarar”, le dijo.
Primeros pasos en el Supremo
Desde que se ha incorporado a la Sala Primera, Vela ha sido el ponente en varias sentencias sobre permutas financieras (swaps). Hasta la fecha, y aplicando la doctrina del Tribunal Supremo, siempre ha dado la razón a los clientes minoristas frente a las entidades bancarias.
También ha dictado una sentencia muy relevante en la que refuerza la libertad de expresión frente al derecho al honor en casos de corrupción. La resolución dictada por Vela da la razón a unos periodistas de El Mundo que publicaron una información en la que se vinculaba a un conocido constructor con la trama Bárcenas:
«La libertad de expresión adquiere mayor peso cuando se informa sobre temas de corrupción, sobre todo cuando los sujetos implicados ocupan o han ocupado cargos públicos; pues en tales casos la comunicación pública de hechos noticiosos o la expresión de una opinión crítica al respecto, es, además de lícita, necesaria para hacer efectivo el derecho de los ciudadanos a conocer cómo se gobiernan los asuntos públicos«,
Conclusión
“Yo no soy el protagonista en esta historia, lo es el jurado”, dijo Vela al inicio del caso Bretón. Ahora, su nueva actividad en el Tribunal Supremo lo sitúa en la primera línea del frente judicial. Por su especialización, el nuevo magistrado está llamado a estudiar y resolver en el futuro los casos mercantiles más relevantes y complejos del país.
Juez y profesor, Pedro José Vela es un apasionado del Derecho privado, la literatura y la historia. Cree que el Derecho es una herramienta útil para comprender y ordenar el mundo. Con un perfil discreto, alejado de los “jueces estrella”, es capaz de combinar resolución en la toma de decisiones, rigor técnico y visión humana. Este es el bagaje de uno de los magistrados llamados a escribir las páginas que determinarán la jurisprudencia del Tribunal Supremo en los próximos años.
Foto de la entrada: ABC
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